Friday, September 22, 2006

¡Ayer los consignatarios, hoy los mineros!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
22-9-2006

¡Ayer los consignatarios, hoy los mineros!

No hay soberanía nacional sin soberanía popular. Pueblo que no
reivindica su historia aprendiendo de sus yerros ¡vuelve a cometerlos!

Escribe en Historia de la República, Jorge Basadre, refiriéndose a "La
inopia del erario en enero de 1859. La "caridad" de los
consignatarios: Salcedo acababa de ser protagonista de un hecho
concreto que le podía servir de apoyo a su tesis. No sin patética
ingenuidad, expresó en la misma memoria que, cuando se encargó del
despacho de Hacienda el 12 de enero de 1859, el parte de Tesorería no
arrojaba más existencia disponible en arcas que la de 3.599 pesos 2,5
reales, aunque para cubrir el presupuesto de gastos en ese mes se
necesitaban más de 700 mil pesos. El ingreso normal más considerable
al que se podía acudir era el suministrado por la aduana del Callao;
pero apenas iba a llegar a más de 100 mil pesos ya que el despacho de
las mercaderías en los primeros meses se reduce a esa cifra o a otra
análoga.

A Salcedo no se le ocurrió más que una solución. Fue la de pensar que
el producto del guano era el más efectivo y que la naturaleza de su
negociado ofrecía prontos reembolsos por los adelantos que hacían al
gobierno las casas consignatarias conforme a las estipulaciones de los
contratos vigentes. Por eso llamó a los señores Gibbs, Zaracondegui y
Rey; y (dice él) "les manifesté, no obstante los fuertes saldos que
tenían en su favor en esa fecha, la situación de la Hacienda, las
enormes inversiones que había que hacer en los gastos ordinarios, en
llevar a cabo las disposiciones de la ley de 28 de octubre de 1858 (se
refiere a la expedida en relación con el conflicto
peruano-ecuatoriano) y para las atenciones del crédito público por
intereses y amortizaciones extraordinarias y las que se realizan en
períodos fijos a que no era justo ni conveniente faltar sin
comprometerlo en su esencia, en su vida misma.

Los jefes de las indicadas casas se aprestaron a proporcionarle a
Salcedo, en circunstancias tan aflictivas los auxilios mensuales que
solicitaba en proporción a los capitales que manejaban. Hicieron
adelantos con 5% de interés. Salcedo expresó su gratitud personal ante
caridad tan conmovedora y dijo que los prestamistas eran dignos de
"mención honrosa" (Memoria del ministro de Hacienda al Congreso de
1860)".

Consigna Basadre la terminante como lapidaria opinión de Manuel
Toribio Ureta sobre la casa Gibbs: "Centenares de millones de pesos en
valores del guano nacional han pasado por las manos de las
consignaciones Gibbs. Estos han quedado opulentos en Londres; y de esa
opulencia no se ha formado en el Perú la pobre fortuna de un aldeano".

¿No hemos escuchado, ha poco, en una capital latinoamericana, de cómo
una patota de empresas mineras, todas ellas muy bondadosas, van a dar
un "aporte voluntario", de 2500 millones de soles para el próximo
lustro, en reemplazo gracioso, y permitido, por lo que no pagan en
regalías, tributos, daño al medio ambiente, crimen contra el proyecto
de vida de comunidades enteras y que un pusilánime gobierno estimula
por miedo a que se "ahuyenten" a los inversionistas y la de dar
"señales negativas" (estupideces del lenguaje actual)?

¿Y, no han sido miles de millones de dólares los que se han pagado por
estos recursos peruanos no renovables extraídos de los Andes, que no
han hecho la fortuna sino de un puñado de ladrones que aún sigue
creyendo que son los nuevos consignatarios exaccionadores y
chupasangre del Perú? ¿Esos que se hacen hacer contratos-ley de
estabilidad tributaria para hacer legal su monra contra 26 millones de
habitantes?

Ayer como en el doloroso presente habían turiferarios y enemigos
internos infiltrados en Perú, trabajando para los explotadores
foráneos de paso y hasta que duraran los caballos y cuando estos
reventasen ¡simplemente se iban! En el pretérito eran notables de
auto-impuesto lustre por apellido, sarita, bastón, rapé y casimir
inglés; hoy son tecnócratas vendepatria, intelectuales y comunicadores
de ONG; ministros de ideas conspicuas como seguridad cooperativa,
gerencia por objetivos y consensos por doquier. ¡Bah, los traidores
serán siempre del mismo corte proditor!

¡Ayer los consignatarios, hoy los mineros!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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