Sunday, March 20, 2016

¡Insufrible ministro de Pésames!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
21-3-2016

¡Insufrible ministro de Pésames!

Cada vez se va tornando más frecuente la actividad del ministro de Pésames, también conocido como ministro del Interior, José Luis Pérez Guadalupe. El descuido ostentoso y patético de su portafolio en seguridad ciudadana, cobra la vida de policías, cambistas, ciudadanos que mueren de forma violenta. Pero el titular de la cartera parece que ha entendido que con engolar la voz y verse con los acongojados parientes de los caídos, basta y sobra.

Tengo la viva impresión que no es así.

Ciertamente, ni a un loco -y los periodistas genuinos tenemos cuotas superlativas de esa cualidad- se le ocurriría echar toda la culpa a Pérez Guadalupe de ser, hasta hoy, un mediocre ministro de Pésames, digo del Interior. Pero de lo que no puede haber duda o hesitación alguna es que él es el responsable político del desmadre en que se ha convertido el país por acción letal de la delincuencia.

En términos de un país real y no de juguete, un ministro fallido, por más poemas que recite ante los medios de comunicación, debería renunciar porque no está trabajando de la manera correcta y la sociedad es conmovida por asesinatos a balazos, enfrentamiento de pandillas, sicariato nacional e internacional, asaltos de toda especie. Al salir de casa, todos, absolutamente todos, enfrentamos la incógnita de no tener certeza de volver sanos y salvos al terminar las jornadas cotidianas. ¿O no es así?

¿Para qué sirven las palabras de molde y pena ficticia del ministro de Pésame cuando mañana o pasado veremos en la televisión el reporte de más policías, cambistas o ciudadanos muertos por acción letal del hampa que no es combatida debidamente por la cartera del Interior?

Si invirtiéramos los papeles y pusiéramos al ministro de Pésames, en el lugar de los familiares dolidos, huérfanos o viudas ¡vamos a ver si no le parecerían casi burlas los ascensos póstumos, las palabras in memoriam, garrulería frecuente e inane para con quienes ya no pueden retornar porque dejaron de ser!

El ministro de Pésames, Interior, José Luis Pérez Guadalupe, estima, así parece creerlo, que basta con sus múltiples y nutridos estudios de salón en mullidas bibliotecas para obtener diagnósticos y soluciones teóricas. Hay cofradías en Perú que han reducido las graves asimetrías sociales, las fracturas irreparables, las diferencias venenosas, que aquejan el ADN social de la Patria, a recetas “intelectuales”, esculpidas en lecturas sesudas y foros interminables de discusiones onanistas que no solucionan absolutamente nada. Hasta “libros” se hacen para compilar lo que estos sabios deliberan.

Los miedos de comunicación tienen su parte en esta hazaña inversa. De manera diaria son toneladas las embutidas en forma de reportes escabrosos sobre violaciones, apuñalamientos, disputas a tiro limpio, emboscadas en cualquier barrio de Lima y que han “acostumbrado” a los televidentes o radioescuchas o lectores a “asimilar” que así es el país y que “no hay nada que hacer”. El embrutecimiento de un pueblo, garantiza su disolución y que forajidos se aúpen en la cosa pública y se limiten sólo a llenar los bolsillos o a dar lamentaciones públicas ante su escandalosa ineptitud al frente de los ministerios.

Si se hiciera una compilación de los eventos realizados contra la violencia, descubriríamos que hay decenas o cientos. La equivalencia en aciertos es desconocida, pero me atrevería a sostener que es nula o inexistente porque la violencia urbana cada día es mayor. Y el número de crímenes no deja de aumentar.

Entonces, si Interior es responsable y hay -o debería haber- un líder, entonces sería indispensable la exhibición de logros y éxitos. Pero el ministro Pérez Guadalupe aparece sólo para dar pésames y solidaridades, engola la voz, escoge las palabras, las saborea con estudiada congoja oficial y ¡cero puntos, cero balas! Ni los caídos van a retornar a la vida, o la sensación de ¡sálvese quien pueda! logra ser disipada en el tremendo desconcierto en que se debate Perú.

El ministro de Pésames, Interior, debería irse a su casa, su gestión es mala, deficiente y mediocre. Otra cosa es que en Perú aceptemos el barniz palabrero para disfrazar los fracasos estrepitosos y hacer que a los generales derrotados se los condecore cuando debieran ser echados a patada limpia por inútiles.

Perú, ya no puede caer más abajo.



Jallalla a nuestro continente andino libre y soberano


¿Por qué debemos llamar al  nuestro: “Continente Andino" y/o “Andinia”?

Jallalla a nuestro continente andino libre y soberano
por Javier Lajo; javierlajo@hotmail.com

20-3-2016

La palabra “andino”, deviene del vocablo que nombra la  cordillera de “Los Andes” y ésta, a su vez, proviene de “los antis” que son los  habitantes del “Antisuyu”, que es una de las cuatro zonas o regiones en que estaba repartido el territorio de la Confederación Inka.

Se sabe que Lima, como la capital del Virreinato del Perú, fue una ciudad amurallada para protegerla frente al acoso militar de las huestes guerreras de los Inkas que luego de la invasión y ocupación en los siglos XVI y XVII principalmente, se rebelaron a lo largo y ancho de la cordillera, desde donde “bajaban” fieramente a combatir al invasor español. Ante estas incursiones y ataques, no solo en Lima sino en el Cusco y en otros fortines-ciudades que los españoles fundaron en la Costa, Sierra y Selva de lo que hoy es Colombia, Ecuador, Perú y Chile, la alarma era: ¡Ahí vienen los indios de los Antis!, por decir los “salvajes”, los “selvícolas” y finalmente los “chunchos” que denota la actitud de un “indio” guerrero, rebelde, huraño, hosco, “chusco”, “chúcaro”, en pocas palabras un “anti” es un indio indomable, invencible; tal como lo fue Juan Santos Atawallpa, Inka rebelde, de la Selva y Sierra central del Perú, que combatió toda su vida y “nunca fue derrotado”. Todo eso encierra y quiere decir  “Los Antis”, la raíz que ha generado el concepto de “los Andes”. Es decir la actitud de “resistencia invencible” generada en este continente que fue moldeando el sagrado nombre de los guerreros del Antisuyu, que reiteramos, es de donde deriva el nombre de la cordillera de Los Andes, que es el nombre de aquel macizo de montañas que constituye la columna vertebral de todo el continente.

Pero no solo es la actitud del guerrero militante que se opone hasta hoy a la feroz agresión contraria, invasiva y genocida, que significa la permanente actitud colonizadora de occidente que irrumpe, invade y ocupa territorios continentales, en la forma por ejemplo de empresas transnacionales mineras de “tajo abierto” y que destruyen cabeceras de cuenca dejando un forado de varios kilómetros de ancho y de profundidad. Es también un cúmulo de argumentos y razones por lo que deberíamos llamar  “Continente Andino” o simplemente “Andinia”, desde hoy con más exigencia a nuestro continente mal llamado “América” por los colonizadores, porque es un continente que resiste a la ocupación, al avasallamiento, que resiste secularmente a la “conquista”.  Y porque un colonizador no tiene ningún derecho a ponerle nombre a la tierra que invade y ocupa por la fuerza y el exterminio, nada más contrario e ilegítimo de esta acción criminal y anti-humana.

La tradición nos habla también del “Anti” como el sol en el naciente, de “Inti” como el sol en el cenit y “Kunti” como el sol en el poniente; correspondientemente la toponimia del total de nuestro continente, significaría el continente del sol en el naciente.

Es la mejor y más relevante “toponimia” (antis: andes: Andino), la espina dorsal del continente o el accidente geográfico más relevante que condiciona y explica el resto del territorio continental, que por el oeste hace descender sus ríos, irrigando los valles occidentales de los Andes con la abundante agua que aflora en miles de glaciares andinos o Apus, que crean y forjan, a su vez, los miles de ríos y vertientes orientales que surten el agua que formará la “Amazonía” (que es un vocablo igualmente infeliz, creado por los  colonialistas y que debemos cambiar; porque, ¿qué tienen que hacer aquellas jinetas a caballo que combatiera el griego Hércules?), selvas en muchos casos vírgenes, que guardan la mayor reserva de agua del planeta y cuyos territorios desde sus orígenes, conforman la mayor cuenca hidrográfica en el mundo, con un volumen de agua impresionante; igualmente sucede con el Río de la Plata, y un tanto menos las cuencas del Orinoco y el Paraná, sus principales afluentes tributarios surgen y bajan principalmente, desde el macizo andino. También podemos invocar a nuestros hermanos de la mal llamada “amazonía” para que trabajen y recuperen el verdadero nombre del río que el colonialismo le llama “Amazonas”. La historia registra la crónica del cura Gaspar de Carbajal capellán que acompañó a la expedición que en 1541 encabezaron Gonzalo Pizarro y Francisco de Orellana, por el río “Parawanaz” o “Parawanazú”, en la búsqueda del mítico reino del “Dorado”, crónica escrita por este cura dominico que llama al gran río por su nombre verdadero: Parawanazú.

Es pues la extensión geográfica, otro de los argumentos que suman a nuestro propósito, de llamar a las cosas por su nombre, ya que la “Cordillera Matriz Andina” va desde la Patagonia hasta Alaska. Estrechándose y sumergiéndose en el estrecho o istmo de Panamá y surgiendo luego otra vez poderosa, en las cordilleras de lo hasta hoy llamado “Centro-América”, que dan forma a los volcanes que son la viga maestra del territorio de Panamá, pasando por Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala, complejizándose luego en México, Estados Unidos, Canadá y finalmente Alaska, territorios donde le cambian de nombre.

Los Andes tienen pues una influencia matriz y condicionante de sus glaciares, montañas, valles y planicies tanto de sus vertientes orientales hacia el Este -que gustaron y supieron ocupar los europeos y sus “críos” descendientes, comúnmente llamados criollos- y también la cordillera Andina es la matriz de los valles y planicies “occidentales” que bajan al Atlántico por el oeste para formar la selva hoy llamada “ilegítimamente”: Amazónica. Es también el contrafuerte andino el que formando una muralla, impide que las nubes cargadas de agua pasen al mar del Pacífico, obligándolas a descargar sus aguas en las miles de cuencas que bajan al llano amazónico o aguas fluviales que cayendo en la selva alta de los Andes, baja luego por los innumerables ríos hacia la “amazonía”. Cabe aquí también referirse y explicar que nuestro río “Parawanazú”, nace en una de las quebradas o cuenca del nevado Kiwisha, del distrito de Lari, provincia de Caylloma, Región Arequipa del sur-andino, territorio del ancestral y milenario pueblo Puquina, siendo el río más largo (con 7,062 Kms) y más caudaloso del mundo, con un volumen de agua mayor que los de los ríos Nilo, Yangtse y Misisipi juntos.

Otro argumento importante es que la evolución socioeconómica de los pueblos originarios del continente se produjo en Los Andes, la suficiente agricultura y ganadería que potenció y produjo la mega-diversidad agropecuaria de todo el planeta. Así, los primeros cultivos en el mundo, que fueron el zapallo loche o “Nachoc”, domesticado entre Cajamarca y Lambayeque del norte peruano,  con 10 mil años de antigüedad, mucho antes que el trigo cultivado en el “creciente fértil” (Medio Oriente). (Ver Jared Diamond; “Armas, Gérmenes y Acero”- Premio Pulitzer, 2007. Edit. Debolsillo), para hablar de un ejemplo nomás, porque la lista de germoplasma que la domesticación de cultivos en Los Andes han otorgado al planeta, es muy larga, pues de los alimentos más comunes, al menos 200 son del continente Andino, como la papa, el tomate, la calabaza, los frijoles y el cacao; y el  90% de las calorías que alimentan el mundo procede de un pequeño número de plantas, entre los que figuran como más importantes el maíz, y la papa.

El concepto de “lo andino”, es pues, el continente que defiende la vida, porque  en nuestro continente Andino todo se opone a la muerte, nuestros pueblos son la defensa humana a la depredación ecológica y al exterminio a la que nos ha llevado la aventura colonialista europea occidental que se inicia en el siglo XV y que en solo 10 años (1492-1595) exterminó a la mitad de la humanidad en Asia, África, Andinia y Oceanía, y cuyos “logros” y resultados han intentado inútilmente globalizarse, encontrando su límite de contención o “frontera” invencible en el continente Andino. Y sobre todo, “lo andino” significa lo producido y aportado por nuestro continente, al resto del mundo para que sobreviva la vida –valga la redundancia-.

"Andinia" y continente “Andino”, además no solo es un vocablo, sino que ahora  es un “concepto” que pertenece a la herencia resistente de la gran Confederación del Tawantinsuyu, que implica hoy en día a más de 20 millones de habitantes de múltiples y diferentes etnias. Y nos podemos preguntar ¿Por qué hasta el día de hoy no se conocían estas poblaciones de Pueblos tan poderosos como resistentes a la colonización? Pues la respuesta es obvia, los mecanismos que supo implantar el colonialismo desde el siglo XV han sido y siguen siendo tan fuertes, cruentos y voraces, que hacen aparecer estos nuestros pueblos poderosos, como poblaciones insignificantes, nimios, débiles mentales, carentes de filosofía, ciencia y tecnología e incapaces de ganarle a la guerra de exterminio iniciada por el colonialismo y la invasión de 1492.  Ojo… y a esto suma implicarnos a todos con el nombre título y/o gentilicio de un pequeño pueblo como es el pueblo Kuna. Claro que esto no implica en absoluto, desmerecer ni mucho menos despreciar al pueblo Kuna.

Los Andes pues constituyen muchos millones de habitantes de pueblos que resisten en múltiples formas políticas, culturales, económicas y religiosas a la ocupación y depredación occidental. Valga el magnífico ejemplo que nos da la movilización espiritualista o peregrinación más grande del planeta, que es la “marcha del gran poder” del Koyllu Ritti donde más de 100,000 hermanos “antis”, se reúnen cada año en el plenilunio del mes de Junio en la quebrada de Sinakara en la cordillera del Ausangate en las alturas del Cusco para celebrar este rito y peregrinación y culto del “Taytanchis” Koyllu Ritti, cuyo significado literal es “Estrella de la Nieve” y que nos faltaría papel para explicar su significado hermético.

Entre los intelectuales y público en general se usa ya comúnmente el vocablo “Mundo andino” para referirse no solo al espacio geográfico sino a los pueblos que lo habitan, siendo su característica principal de este mundo “la reciprocidad” del runa –ser humano- con la “Pachamama” –o naturaleza-, relación de equilibrio mutuo que provoca la complementariedad, como sustento de la convivencia humanos–naturaleza.

Estos argumentos nos dan buenas razones del porqué le llamamos a nuestro continente "Andino" o "Andinia" y no atarnos a un vocablo de la lengua Kuna que integra junto con unos 15 dialectos el idioma “chibcha”, con el que por una propuesta sorpresiva y sin mayor argumentación se nos quiere llamar a todos desde este dialecto con el gentilicio de “Abyayaleños”, que rigurosamente tendrían los siguientes significados: Los “Tierraleños en edad fértil” o “terrestres maduros”, o “Tierranos abundantes”, o “Tierraleños ensangrentados” o “Tierreños fértiles”… etc”, significados que, a su vez, están también contenidos en los cientos de lenguas alternativas del continente y que no se justifica ni mucho menos que tengamos que dar preferencia a un vocablo del pueblo Kuna. Repito “pequeño” –no por despreciarlo- sino en relación numérica a otros pueblos que como el pueblo Quechua, de cuyo idioma proviene el vocablo y concepto de “Los Andes”, está integrado  en la actualidad por más de 10 millones de habitantes, solo en el Perú, según datos del Banco Mundial, imaginamos que este banco de los ricos puede asignar otra cantidad similar a los quechuas de Colombia, Ecuador, Bolivia, Argentina y Chile… cifra que ya resulta increíble para todos aquellos que “invisibilizan” y menosprecian al poderoso y resistente pueblo Quechua, legítimo heredero de la Confederación del Tawantinsuyu. Y aquí vale hacer la referencia de lo que es también “arma eficaz” del colonialismo, el seguir llamando al Tawantinsuyu: Imperio, y no como lo reafirmó y argumentó, nuestra célebre historiadora María Rostoworoski, que Tawantinsuyu significa Confederación. Es ocioso continuar este debate sobre si fue un “Imperio” o fue una Confederación.

En conclusión, tampoco se justifica que el continente lleve el nombre de “Abya Yala” porque “fue por allí que desembarcaron los invasores europeos”, esto argumenta que por el contrario ese lugar debería ser de “abominable recordación”.

Concluyendo diremos que, lejos de significados confusos e intrascendentes, como los que se derivan de un vocablo –Abya Yala- de uno de los 15 dialectos “chibcha”, que es el dialecto Kuna (le llamamos así por rigurosidad lingüística y no por desmerecer esta ramificación de la compleja y múltiple lengua chibcha) que de asumirla como nombre del continente nos llevaría a significados gentilicios tan curiosos como difusos tal como están reseñados líneas arriba (“Tierralenses ensangrentados”… y otros menos curiosos).  En cambio nuestro gentilicio originado en el  quechua continental: “Andino”, nos otorga legítimamente un gentilicio que nos da un significado noble y sustancioso frente a la predadora globalización occidental, como  pueblos e individuos “resistentes”, “indomables”, “invencibles”, “anti”-colonialistas etc. a los habitantes del Continente Andino. Concepto y gentilicio inequívoco para pueblos de un continente que se ha negado a morir y más aún, pueblos que representan y proponen hoy en día una alternativa de sistema de vida originario y equilibrado: El Sumaq Kawsay, cuyo mejor significado es -si se trata de lucir conceptualmente los vocablos- la “Espléndida Existencia”, o el Continente Andino donde la “vida se produce, se cría y resiste en su plenitud”, o simplemente donde sus pueblos poseen el  “arte de vivir bien”,  “que es una propuesta para todo el mundo, lejos de las etnias y las razas, para que la vida no muera sobre el planeta, como producto de la depredación anti-vida que es el colonial-capitalismo occidental, frente al que resiste invencible el Continente Andino.


Javier Lajo, Chuquiago Marka, marzo del 2016

¡Necesario ministerio de Planeamiento y Economía!

¡Necesario ministerio de Planeamiento y Economía!
por Germán Lench Cáceres; germanlench@gmail.com

20-3-2016

Dentro de la organización de nuestro Poder Ejecutivo es importante la creación de una institución encargada de dirigir directamente y a dedicación exclusiva el planeamiento estratégico nacional para poder conocer a fondo el Plan Nacional de Desarrollo e implementar los planes sectoriales de mediano y largo plazo en los 5 años del próximo mandato de gobierno y que piense en el futuro del país.

Al respecto, es importante efectuar una reforma estructural acelerada de nuestro Estado con la finalidad de agilizar y ejecutar acertadamente los planes que contengan la inversión pública como complemento de la inversión privada y el presupuesto público por prioridades y especialidad sectorial, lo que conlleva a otorgar una mayor trascendencia al Centro Nacional de Planeamiento Estratégico–CEPLAN, lo que puede, entre otros, ser un futuro viceministerio de Planeamiento y Economía (donde se integren los estudios de pre inversión pública de los proyectos y programas con la finalidad de mejorar y orientar la distribución de los recursos públicos en proyectos con rentabilidad económica y social a nivel nacional, regional y local).

De lo que se trata, es de evitar que el Ministerio de Economía y Finanzas–MEF, siga haciendo lo que le viene en gana, siendo juez y parte desde hace 20 años, aproximadamente, entrometiéndose burocráticamente en todo tipo de decisiones especializadas de los sectores que forman parte del
gobierno alargando y confundiendo la tramitología pública con la creación de sistemas que obstaculizan el eficiente funcionamiento público. Esto es sumamente importante, en especial conociendo que los recursos públicos nacionales, son escasos para obtenerlos y difíciles en su disponibilidad para satisfacer las necesidades insatisfechas donde el Estado debe actuar con la rapidez y transparencia que el caso amerita para disminuir las brechas como es el caso de la infraestructura vial en la Sierra y Selva mejorando las carreteras pavimentadas y afirmadas.

La creación de un Ministerio de Planeamiento y Economía (integrando al viceministerio de Economía, Presupuesto e Inversión Pública y un viceministerio de la Producción que incluya al CEPLAN) sin perder de vista al Ministerio de Hacienda Pública, evitará, por ejemplo, que el MEF apruebe los proyectos a través del Sistema Nacional de Inversión Pública–SNIP (de resultados nefastos) y les asigne los recursos cuando según su criterio manejando dictatorialmente el Sistema Nacional de Presupuesto Público, lo considere necesario, no teniendo en cuenta la verdadera y oportuna necesidad estratégica sectorial.

El viceministerio de Planeamiento y Economía se podría encargar de promover la modernización y competitividad de la estructura productiva del país; fomentar la iniciativa de la inversión privada y la acción normal de los mercados, el crecimiento y desarrollo de la innovación y la consolidación de la inserción internacional de nuestra economía para alcanzar un mayor y acelerado crecimiento, mediante la formulación de políticas, programas e instrumentos que faciliten la actividad de nuestras unidades productivas y sus organizaciones y las instituciones relacionadas con la innovación y desarrollo productivo y tecnológico, público y privado, interno y externo.
 
El Ministerio de Hacienda deberá gestionar eficientemente los recursos públicos a través de un Estado que debe tratar de modernizarse al servicio de la ciudadanía y los contribuyentes; generando condiciones de estabilidad y transparencia en una economía realmente integrada internacionalmente que promueva un rápido crecimiento sustentable e inclusivo no solo como exportador de materias primas que dependen exclusivamente del precio externo sino que incorpore valor agregado para generar empleo de calidad y con una remuneración justa de acuerdo a la productividad y poder adquisitivo.

Se debe aumentar de forma eficiente la recaudación pública en un marco de equidad tributaria y administrar responsablemente la política fiscal, combatiendo la informalidad, la evasión tributaria, los mercados negros como el minero y el contrabando conjuntamente con el lavado de dinero consecuencia del narcotráfico.

Actuemos ahora ¡a ver qué dicen los candidatos al respecto!, claro habrá que juntar más instituciones y disminuir rápidamente el tamaño del Estado burocrático. No olvidemos “funcionarios públicos con altos honorarios” y con una productividad ineficiente en especial los consultores que viven del Estado años de años y que han contribuido únicamente con trabajos de consultorías copias, teoría y nada de la realidad a su casa, por su ineficiencia e inexperiencia de campo.